viernes, 6 de noviembre de 2009

4 de noviembre: comentarios en torno a "El gatopardo" (novela y película)


Resumen de algnas de las impresiones suscitadas el pasado 4 de noviembre, en torno a El gatopardo (novela y película):


La tarde del pasado miércoles, 4 de noviembre, celebramos entre todos los participantes una puesta en común de ideas en torno a la primera de las novelas que hemos trabajado en el club, El gatopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, y su posterior adaptación cinematográfica, realizada por Luchino Visconti.

Cada uno de nosotros explicamos qué nos habían parecido novela y película. Y hubo, como es natural, para todos los gustos, pero se extendió una opinión generalizada: quizá la novela no tenía un gancho excesivo pero atraía por su delicadas formas y riqueza estilísticas y su ambiente decadentista.

Hablamos del hecho histórico que vertebra la historia -el proceso de unificadión de Italia, a mediados del siglo XIX. El gatopardo es, sin duda, uno de los mejores vehículos para conocer algo más de lo que supuso la lucha encabezada por Garibaldi para convertir a Italia en un país unificado, hasta entonces dividido en diferentes estados: Piamonte, Venecia, Milán, Estados Pontificios, Reino de las Dos Sicilias.

Precisamente, es en este último estado, en concreto, en la isla de Sicilia, en donde transcurre la trama de la novela y de la película, la historia de la familia Salina, encabezada por el Príncipe, Fabrizio Salina.

Sicilia es como un personaje más, es más que eso, el hecho singular de su insularidad, el carácter de sus gentes, la sequedad del terreno... todo está muy presente en El gatopardo y llega a impregnar en el carácter de los sicilianos. Basta recordar la larga conversación que mantienen el Príncipe y el enviado del Gobierno, quien le ofrece a Fabrizio ser senador en las Cortes del nuevo Reino de Italia, con objeto de ayudar a sacar de la miseria a gran parte de los sicilianos. Unos sicilianos de los que Fabrizio decía, en ese inolvidable diálogo, "están dormidos y, además, se creen dioses". A esto añadía el Príncipe la situación que, a lo largo de la historia, había mantenido a Sicilia siempre como dependiente o colonia de otros: de cartagineses, de griegos, de romanos, de bizantinos, de españoles...

Una de los mejores momentos de la novela y del filme es, sin duda, el baile, en el que se suceden escenas irrepetibles, como el 'desafío' de Fabrizio ante el cuadro del moribundo o el mágico baile entre éste y Angélica, y que deja entrever un ligero enamoramiento de éste hacia la novia de su sobrino.

También suscitaron debate el papel de las mujeres en la obra, en especial la comparativa entre Angélica-Concetta. La primera, como, según afirmaban algunas personas, representante de un nuevo prototipo de mujer: más decicida, abierta, espontána y libre. La segunda, más conservadora, religiosa, temerosa, introvertida y sumisa.

La muerte, la decandencia de la aristocracia, la llegada de nuevos tiempos... podrían ser algunos de los ejes temáticos de esta obra, que ha pasado a la posteridad, entre otros motivos, por una cita célebre: "Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie".


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